Nunca le digas a un jefe que tiene razón: podría dar lugar a que piense que crees que otras veces no la tiene. Cuando un jefe no tiene razón se le dice: "señor, sí señor", y luego se hace lo que a uno le salga de los cojones.
@Perseo Sancionar a alguien por negarse a cumplir una orden en el curro es fácil. Sancionar por cumplir la orden y que el resultado no haya sido satisfactorio es mucho más difícil.
O sea, primo, por esa pasta hay plataformas de televisión que me dan medio millón de películas. Ni siquiera estás haciendo el gasto de una edición en papel. ¿De verdad la información que tú ofreces vale eso?
@giorgiograppa@Notxor El tinglado se lo sacó de la manga Artur Mas porque no le gustó el sistema de financiación (quería más pastuqui), y porque le echaron para atrás algunos artículos del Estatut. Y bueno, para tapar un poco el olorcete a podrido del tres per cent. Hasta entonces, de independencia hablaban sólo cuatre gats.
El otro día lo flipé muy fuerte con los que le gritaban "botifler" a Junqueras después de chuparse tres años de trullo. Me da que las posturas extremistas se adueñaron hace mucho de todo este asunto, y cuando pasa eso, el electorado se acaba dando cuenta tarde o temprano. Veremos.
Con un Junts totalmente talibanizado en la vía unilateral y ajeno a cualquier otra cosa que no sea el procés, ¿con que opción política se va a identificar ahora la tradicional burguesía catalana?
Pues ha estado lloviendo casi toda la noche, con lo cual hoy me ahorro regar. Ayer, además, me regalaron un palmito.
El palmito es la única palmera autóctona de la Península Ibérica, protegida en la mayor parte de ésta, con lo que no puedes pillar uno del campo y llevártelo a casa. Por suerte, el mío había crecido en un solar urbano que estaban desbrozando, y en vez de ir a la basura, ahora resplandecerá (espero) en una maceta grande en mi terraza.
¿Veis cómo los lunes siempre son días en los que pasan cosas buenas?
Considero esta imagen como una de las más icónicas de la historia de la informática: Ken Thompson y Dennis Ritchie delante de la computadora PDP-11 en la que escribieron el primer UNIX.