A todos vosotros, os mando mi abrazo en forma de música.
Y en forma de homenaje a alguien que supo lo que era sentirse peor que nadie y tener que seguir sonriendo.
Aunque fuera con una sonrisa rota.
Aunque nos haya dejado demasiado pronto
A todos vosotros, os mando mi abrazo en forma de música.
Y en forma de homenaje a alguien que supo lo que era sentirse peor que nadie y tener que seguir sonriendo.
Aunque fuera con una sonrisa rota.
Aunque nos haya dejado demasiado pronto
Ese es mi deseo, para todos aquellos que se os hagan pesados estos días y que sintáis que cuesta tener que ser feliz porque lo marque el calendario.
Porque para mucha gente, son fechas difíciles.
Y encima parece que sois raros, o mala gente, por sentiros así.
Espero que os haga gustado esta pildorilla.
Si ha sido así os pido que la compartas.
Pero si estás con los tuyos, si estás disfrutando a tu familia o amigos, déjalo.
Eso es más importante.
https://mastodon.social/@LaHistorietaMusical/111641130760465596
Nacer en una fecha señalada es algo que marca toda tu vida.
Se de lo que hablo: nací el 27 de diciembre, en vísperas de los inocentes. Ni bromas que he tenido que aguantar con eso.
Pero nacer el mismo día de la Navidad, para un irlandés, debe ser aún peor.
The Pogues, fundado en 1982, fue un soplo de aire fresco para la música irlandesa.
Inspirados por la generación anterior de cantantes folk, llevaron más allá su sonido. Hicieron que el folk bailara al ritmo del ska y de las guitarras eléctricas.
Y les gustaba la juerga, claro.
Porque reducir a alguien como Shane a un simpático irlandés -aunque naciera en UK, pero irlandés hasta las trancas- de nariz enrojecida es olvidar mucho.
Es olvidar que Shane fue un poeta, un trovador que con su banda renovó el folk, lo mezcló con el punk y creó escuela propia.
Shane McGowan vivió toda la vida como una eterna navidad. Una celebración constante llena de alcohol.
Como la canción que popularizó su banda, The Pogues, su vida fue una fiesta, ¿no?
Menudo topicazo.
Para crear este cuento navideño, Shane, que además de su imagen de simpático crápula, como he dicho, era un gran poeta, creó una fábula agridulce entre dos amantes despechados.
Casi como un pequeño sainete en dos actos que tiene como escenario la ciudad de New York.
Desde su magnífico debut del 84, "Red Roses for Me", al más innovador en sonidos "If I Should Fall From Grace With God" (1988) o el último de su primera etapa: "Hell's ditch" (1990), la banda tuvo grandes discos.
Es en el segundo que he mencionado donde estaba la canción de hoy.
A Shane sobre todo. Tanto que en el 91 prescindieron de él y adoptaron a Joe Strummer: la cercanía entre las bandas venía de sus primeros años.
Después siguieron con Spider Stacy, otro de los fundadores, hasta separarse poco después.
Hasta 2001 no volverían, con Shane otra vez.
Las voces de ambos se rizan contando como se conocieron y como al principio todo parecía perfecto.
Como en casi todas las historias de amor.
Pero, en un realismo amargo, esa historia de amor entre dos almas perdidas se estropea rápidamente.
Kirsty era hija de Ewan McColl, uno de esos cantantes pertenecientes a la generación anterior a The Pogues que revolucionaron el cancionero tradicional irlandés.
Con un gran talento, la pobre Kirsty tuvo años después un desgraciado final en un aparatoso accidente náutico.
El personaje alcoholizado que interpreta Shane es detenido y tiene que pasar en el calabozo el día de Navidad.
Junto con un viejo borracho con el que comparte celda, comienza a recordar una historia de amor.
Y la protagonista de ese amor, quien le pone voz, es Kirsty McColl.
La elección no es casual y es que en Nueva York recibió a finales del siglo XX una gran cantidad de inmigrantes irlandeses.
Migrantes que se integrarían en el cuerpo de policía de la ciudad formando casi un arquetipo.
Y es en una comisaría es donde empieza esta historia.
Y no tiene porqué serlo.
En realidad, esta canción nos habla de nostalgia, pero también de la culpa por los errores que pudimos cometer a lo largo de nuestra vida.
Errores que, como los fantasmas que acechaban al Señor Scrooge pueden atormentarnos en un día como el de Navidad.
Los halagos y lindezas iniciales dan paso a una relación turbulenta entre dos borrachos que terminan insultándose de malas formas.
Algunas de las cosas que se dicen en esta segunda parte tuvieron que ser censuradas en algunas versiones del single.
No es una historia amable.
Y esa es la grandeza del cuento de hadas que The Pogues y Kirsty McColl tejieron juntos en el que para mí es el mejor villancico que existe.
Porque es real.
Es honesto.
Es cierto, como ciertos son esos momentos de melancolía que podemos sentir en estas fiestas.
QEl día de Navidad nació la persona que quizás hizo la mejor de las canciones dedicadas a esta fecha.
Un villancico atípico, donde la felicidad se esconde tras una forzada sonrisa rota: como la de su autor.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, el cuento de hadas de Shane McGowan.
@victorhck de nada!
Lo de hoy es una pildorilla mas corta de lo habitual, pero eso no quiere decir que no sea una historia interesante.
Porque reconocedme que el asunto de los one hit wonders es interesante.
Hay muchos grupos que pegaron un estallido, asombraron al mundo, vendieron millones... para desaparecer después.
Historias de músicas y de la música. Anécdotas y casualidades, influencias y paradojas en forma de hilo.
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