Sabandijilla ya tiene 10 y ya controla más lo que dice y lo que no.
Pero siempre hay momentazos, hace años en el ascensor del supermercado coincidimos con un señor y ella lo saludó "¡Hola míster potato!". Cuando me fijé bien al hombre sólo le faltaba el bombín, el pobre señor con el mejor humor de este mundo, sonrió y respondió "Sí que me parezco un poco".
Pasé un rato malísimo, intentando llamarle la atención a la niña mientras intentaba no estallar de risa (que es que además se me da fatal disimular), el trayecto de una planta en ascensor se me hizo eterno.