La llegada de Musk a Twitter supuso echar a la calle a la mitad de la plantilla en todo el mundo, a lo que luego han ido siguiendo más recortes laborales. Uno de los episodios más polémicos se produjo cuando, semanas después, abrió un proceso de bajas voluntarias. Entonces, envió un correo a toda la plantilla en la que les daba un ultimátum de 36 horas: o aceptaban un modo de trabajo "extremadamente duro" o se iban a la calle. "¿Qué es eso de despedir por no pulsar un botón? Ni siquiera teníamos la opción de pulsar no, solo sí. Si no respondíamos, estábamos fuera", dice el exempleado, que detalla que la respuesta en Twitter España estuvo marcada por las tareas que desempeñaba cada cual. "Entre los ingenieros, solo una persona decidió continuar. La cosa cambiaba cuando se trataba de trabajadores dedicados a ventas, que sí aceptaron de forma mayoritaria. Estuvieron currando durante las fiestas y los fines de semana para haber acabado igualmente sin empleo", lamenta, aunque celebra que la gestión de la tecnológica "ha sido tan horrible que hasta la intención de dar el mínimo posible les ha salido mal, por inútiles". Hace justo un mes, otro afectado contaba a este diario que el proceso estaba siendo "un limbo surrealista". "Los e-mails que nos llegan de EEUU no son vinculantes legalmente. Hasta que Musk, un abogado o alguien me envíe un burofax o una comunicación oficial de que estoy despedido, de aquí no me muevo", avisó entonces. Ese día, ha llegado.
https://cdn.masto.host/paquitamastohost/media_attachments/files/109/749/370/010/994/295/original/e33cedec0f2327aa.png