Sumergidos como estamos en las grandes (y no tan grandes) obras que nos ofrece el noveno arte, olvidamos con frecuencia que los cómics que tanto amamos y odiamos están creados por grandes empresas con un único fin: Ganar Dinero. Quizás esta no sea la mejor manera de comenzar una reseña, pero es que en el caso de Ángela es importante dar un breve repaso a como el Poderoso Caballero (y me refiero al vil metal y no a ningún personaje marvelita) tuvo mucho que ver en que a día de hoy podamos disfrutar de esta colección de innegable calidad.
Ángela es una serafina, un ángel femenino cuya única misión es cazar a los Spawns. ¿He dicho Spawns? ¿Pero no estamos hablando de una serie de Marvel? Efectivamente. Y es que, Ángela fue creada dentro del universo Spawn perteneciente a la editorial Image, empresa propiedad de Todd Mcfarlane (Spiderman para Marvel, Spawn para Image, son sólo dos ejemplos de la creación de este gran autor) entre otros y que nace de los deseos de los autores que trabajaban en Marvel y DC de mantener los derechos de sus creaciones. Es esa tesitura en la que Neil Gaiman (The Sandman, Batman ¿Quién mató al cruzado de la capa? para DC, 1602 para Marvel, y otro sin fin de cómics, novelas y guiones para cine y televisión) crea al personaje protagonista de esta reseña… y pierde los derechos del mismo a favor de Image, la editorial que surge precisamente con esta premisa. ¿Irónico verdad? Evidentemente, razón por la que esta situación dio lugar a inevitable una batalla legal entre Gaiman y Mcfarlane que se saldó con la victoria del primero.
http://www.zonanegativa.com/100-marvel-angela-1-asesina-asgard/
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