Será por los filtros que he puesto, será porque aquí la gente está acostumbrada al buen rollo, pero es como si toda la toxicidad se hubiese quedado al otro lado de una presa, mientras aquí fluye agua limpia. Con un menor caudal, pero agua limpia.
Políticos insultándose entre ellos, magistrados preparadores de oposiciones atacando a políticos, racistas varios, machistas y forofos, todos embalsados al otro lado.
Esperemos que no se rompa la presa en cualquier momento. Confío en sus ingenieros.