Por primera vez en mi vida tengo miedo respecto a lo que pueda ocurrirle a Cristina este martes.
Bah: lo que pueda pasar en el país.
Está casi cantado el fallo adverso. A pesar de que las acusaciones son vergonzosas, redactadas por un matoncito de ocho años de edad con dos copas de vodka encima, es muy probable que se la encuentre culpable, tal como pasó con Lula en Brasil, y que todo esto sea una operación más de la embajada estadounidense para implantar un golpe blando en la región que les permita hacerse de nuestro litio y de otros recursos naturales.