Hoy, para desmentir esa absurda y ofensiva leyenda urbana de que los tíos no somos capaces de haces dos cosas a la vez, he preparado la cena al mismo tiempo que fregaba los cacharros, y no ha pasado nada: sólo se me han roto tres platos, dos vasos, me he apuñalado con un cuchillo y he quemado las lagrimitas de pollo.
Así que, reto conseguido. 🤪 :chupi: