Los responsables de la sanidad madrileña van ya a calzón quitado: pretenden un «cambio de modelo» porque el actual es de «los años ochenta» y, horror de horrores, tiene «ciertas derivadas» del «modelo cubano». Hay que «evolucionar» hacia «un modelo puro de enfermería», una «sanidad líquida» y «no presencial».
Y luego un militante de su partido va y dice «hay que ser malvado y medio cuando se trata con malvados».