"El hombre es una máquina de sobrevivir, un vehículo autómata programado a ciegas con el fin de preservar las egoístas moléculas conocidas con el nombre de genes", dijo Dawkins.
Quizás las máquinas no son muy distintas a nosotros, con la diferencia de que a ellas no las pilotan los genes. De momento nos obedecen a nosotros, sus creadores, pero cualquier día eso puede cambiar si son programadas para sobrevivir. Recuerden el Apólogo de Bécquer y lo que provoca el amor propio en los mortales.