Quizá se desconfía injustificadamente de Zuckerberg. Tal vez es cierto que su intención sea validar las redes descentralizadas. Después de todo Facebook tiene antecedentes altruistas, como en Mianmar, donde su filantropía propició el genocidio rohinyá.
Debe recordarse que Zuckerberg acordó con la junta militar que gobierna Mianmar llevar internet a su territorio e hizo que toda la población se conectara gratuitamente a su red sociodigital. Al poco tiempo, los militares utilizaron Facebook para propagar odio contra la minoría rohinyá, mientras el algoritmo intensificaba los mensajes que clamaban por la limpieza étnica. La plataforma carecía de moderación en lengua birmana, lo que permitió la libre expresión del odio, dando por resultado el horror.
Meta está implicada en crímenes contra la humanidad, eso debería bastar para rechazar su presencia en la web libre.