Los códigos QR presentan riesgos. Se puede pegar un código falso -que te lleva a un sitio malicioso o hackea tu cuenta de WhatsApp- encima del verdadero en productos, mesas de restaurantes, estacionamientos, etc.
Hay que usar el juicio y observar, como con los cajeros automáticos.
Lo más seguro es que en un lugar bien conocido no sucederá, sino en lugares mas susceptibles de ser atacados como un anuncio en un lugar poco concurrido, en un correo electrónico, etc.