Si los restaurantes no han vuelto a la carta impresa en papel no es por higiene. Ni por cuidar el medio ambiente.
Es por esto:
Voy a un restaurante con mis suegros. No hay carta, solo código QR. Como no tengo smartphone, pido una en papel.
- Te la daría, pero los precios están cambiados- responde el camarero.
Semanas después, se repite la operación, esta vez con mis padres, esta vez en el Sibuya.
Si los restaurantes se han quedado en la carta digital es para poder recalibrar los precios tanto y tantas veces como les venga en gana.
Cada cambio tecnológico es una oportunidad para empresas y gobiernos de poner en marcha la doctrina del shock.
(Doctrina del shock: aprovechar la confusión de un cambio social para realizar otros cambios impopulares)
Lo vimos con los bancos. Y con tantas otros...
Por eso, defender hoy una vía analógica hábil es defender servicios y derechos que se nos están escamoteando, aprovechando la confusión del cambio tecnológico.