Presiento que apenas vamos saliendo de la época clásica nostálgica del año, siempre precisamente entre el fin de uno y el comienzo del otro.
Algo que bien por razones equis demasiadas personas lo siguen escrupulósamente e inevitablemente puntual, como si realmente la principal razón de hacer, ser y estar en vida fuera eso y absolutamente nada más.