Llevo a reparar una vieja guitarra a un taller de instrumentos. Llevo a reparar unas botas a un zapatero. Voy a comprar verduras de temporada a una cooperativa de hortelanos. Y así.
Todos esos movimientos me ahorran dinero, pero me llevan tiempo.
Y es que, para vivir bien con menos, se necesita tiempo.
Mi abuela vivía bien con muy poquito; la pensión de viudedad que le quedó cuando murió mi abuelo, que era chófer de la marina.
Ahorró durante décadas para pagarse su entierro.
Lo que creo que es imposible es vivir bien con menos si no tienes tiempo.
Yo creo que ahí hay una buena brújula política: no luchar por tener más dinero, sino luchar por tener más tiempo, y que TODOS vivamos con menos.