Me repugna profundamente todo lo relativo al fútbol profesional, pero todavía me repugna más un linchamiento aderezado con delitos. Concretamente, un delito de infidelidad en la custodia de documentos.
La ficha policial de un detenido no debería filtrarse impunemente, pero al parecer los guardianes de la ley han decidido que para el linchamiento mediático todo vale. Esperemos que el detenido interponga la correspondiente querella.