Existe una bacteria llamada Deinococcus radiodurans, que es conocida como «la bacteria indestructible» debido a su capacidad de resistir altos niveles de radiación, sequedad extrema, temperaturas extremas y otros factores estresantes. Esta resistencia se debe a su habilidad para reparar su ADN de manera rápida y eficiente, lo que la convierte en un organismo extremadamente resistente.