Durante la Guerra Fría, en 1961, los líderes de Alemania Oriental construyeron el Muro de Berlín para evitar que sus ciudadanos escaparan hacia Occidente. Este muro tenía alrededor de 155 kilómetros de longitud y estaba fuertemente custodiado. Lo curioso es que, a pesar de su propósito inicial de ser una barrera impenetrable, hubo numerosos intentos de fuga, algunos muy ingeniosos, como túneles excavados bajo el muro o incluso volando sobre él en planeadores caseros.