Ante eventos críticos y complejos, como la derrota de la oposición en las elecciones mexicanas, a manos del populismo, siempre vienen las explicaciones simples que echan mano de las conspiraciones.
Entonces en lugar de analizar los componentes causantes de estas situaciones, que son muchos, como la presencia de una elección de estado, de intervención presidencial ilegal, de dádivas sociales, de hartazgo, etc., las personas recurren a hipótesis como: fue fraude.
Con ello obtienen un culpable o causa única, fácil de entender, fácil de explicar. Sin embargo la realidad no funciona así, sino que es compleja.
Las explicaciones infantiles NO son útiles para el ciudadano que aspire a crecer cívicamente y a mejor la sociedad en la que vive.
Enfrentar las situaciones adversas con ojo crítico y llegar a conclusiones aunque no sean de nuestro agrado, es madurez que sirve para crecer como personas. Abanderar causas y explicaciones que son atractivas y cómodas, es ser auto indulgentes y estar condenados al atraso personal y social.