La archiconocida historia de que a Isaac Newton le vino la inspiración para investigar la naturaleza de la gravedad cuando una manzana le golpeó en la cabeza es casi con toda seguridad apócrifa. Lo único que dijo el propio Newton fue que se le vino la idea a la cabeza mientras estaba sentado «en actitud contemplativa» y «fue algo ocasionado por la caída de una manzana».