El conductor de mi bus ha arrancado con 30 mins de retraso, en un estado de ebriedad no compatible con la conducción, y mucho menos, con el traslado de algo más de medio centenar de pasajeros.
Por suerte, ha pegado contra una columna antes de salir de la estación y la luna de atrás se ha hecho polvo. Yo estaba en la última fila, y me ha caído algún cristal.
Pero sigue siendo mejor que lo que podría haber pasado si llega a la autopista.