Otra cosa interesante de acercarse hoy al estudio de la Edad Media es que puedes aplicar al periodo las mismas gafas con que en el siglo XXI estamos llamados a acercarnos al otro, es decir; desde el respeto y la curiosidad por su diversidad, por sus circunstancias, para comprenderlo en lugar de despreciarlo con prejuicios gruesos.
No sé si hay un equivalente a "homofobia" o "racismo" para hablar de la discriminación a personas por ser de una época no dominante. El edadismo está cerca de eso, en cuanto a que en las últimas generaciones hemos vivido saltos cualitativos tremendos en lo histórico. Pero en general no convivimos con seres de otras épocas, y por tanto podemos despreciarlos sin miedo a herir a nadie.
Otra posibilidad es intentar aplicar la misma empatía a nuestros antepasados que la que hoy nos parece obligada para comprender a nuestros iguales.
En general, esa empatía surge por si misma en cuanto estudias un periodo en profundidad. Descubres una humanidad en las personas del pasado que, en el fondo, es igual a la tuya, solo que en un contexto totalmente diferente.
Y así es como el pasado se llena de vida y su estudio te sumerge en un encuentro fascinante con el otro.