Querida loca resentida:
Anoche me metí en la bañera y cuando activé la ducha el mecanismo cayó a mis pies. Ahora pega escribir que me quedé muerta en la bañera.
Los aparatos son como el cuerpo, si los usas poco se estropean y si los usas con meticulosidad se estropean. Y mueren. El cuerpo es un aparato. Silogismo libre.
La vida útil del grifo de la bañera se fue por el desagüe. La parca segó de un guadañazo la rosca donde se ensambla el cable de la ducha, o la manguera, no sé de bricolaje (me gusta pronunciarlo bricolash, suena a nombre de perro de familia bien o de antihéroe de manga). Una agujero asimétrico queda.
De rodillas y/o en cuclillas aprovecho lo que el chorro me ofrece para sacarme lustre. Me gusta pensar que en esa pose parezco una figura oriental, aunque sea una despojada del toque artístico y de visos místicos. Soy un descarte escultórico.
El lunes, cuando los comercios estén operativos, intentaremos solucionarlo. Si no al menos ganaré flexibilidad.