LOS ENDIOSADOS
lanzábais piedras al valle
hasta que las gentes dejaron de creer
en los dones que provienen de la cima
en esos míseros presentes del más allá
de detrás del telón de niebla
hasta que se enfurecieron
y empezaron a roer los pies de la montaña
para haceros caer os plantaron cara
con las manos desnudas horadaron la piedra
alcanzaron la espalda de vuestro poder
contemplaron la vida sin vértice
alcanzaron la orilla del mar
y os olvidaron