Cuando Blasa sintió las manos del gafitas apoyadas en sus nalgas y también su núcleo irradiador, supo instintivamente lo que tenía que hacer.
Echó mano al bolsillo y se quedó quieta. Sus años de experiencia le habían dejado claro que el gorrino se capaba mejor cuando estaba distraído, ajeno a la hoja que se aproximaba.
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Frankie, el mostro (frankie@tuiter.rocks)'s status on Wednesday, 30-Oct-2024 12:19:16 UTC Frankie, el mostro