Ese año la cosecha estaba siendo mala.
—¡Niño, tienes que volver a hacer lo tuyo!
—¿Lo de los incautos, padre?
—¡Sí, claro!
—¡Voy!
Encendió su ordenador, se conectó a aquella web, tecleó las claves. No las habían cambiado desde la última vez, así sería más fácil. Marcó la publicación con la prioridad más alta, como siempre. Iba a ser mucha la gente que lo recibiría.
—¡Ya está, padre!
—¿Cómo lo llamaste?
—"El desconocido y sorprendente paisaje a solo una hora de Madrid que deberías visitar este puente".
—Perfecto. Vete afilando la guadaña y el hacha, este año la cosecha va a ser buena.