Las políticas para luchar contra el cambio climático se asoman al abismo en el país que ostenta el segundo puesto como emisor de gases de efecto invernadero, Estados Unidos. Las cosas no pintan nada bien en una cuestión trascendental que afecta al conjunto del planeta.
2024 ya es el año en el que hemos superado el umbral de 1,5 °C sobre la temperatura media preindustrial, y las emisiones siguen creciendo cuando deberían estar reduciéndose.
Ante esto, sólo nos queda a los demás hacer lo que podamos. Más renovables y políticas eficientes de reducción del consumo. Nada de esto parece posible en un contexto de liberalismo creciente en un sistema capitalista.
Es difícil ser optimista con este panorama.