La primera mirada con la que se encontró aquella anarquista de 29 años helaba la sangre.
La hiela todavía hoy. Mi bisabuelo Juan Antonio se afilió a Falange en junio del 36, junto a sus hijos María y Fernando. Miguel era soldado de Franco, y a mí me tocó el abuelo rojo y catalán de adopción: Pedro, en el exilio.
La inteligencia artificial resucita a mi bisabuelo. En blanco y negro daba más miedo.