Casi un cuarto del siglo XXI ya y ayer cuando desperté tenía casi cien mensajes sin leer en el grupo de wasap de mi familia materna porque una de mis primas, gestando su segundo bebé, compartió la última ecografía e hizo una porra indirecta sobre su sexo. Apuestas y bromas y viceversa. No hemos mejorado tanto desde la prehistoria, solo tenemos internet.