Luis Marín, cantaor rondeño afincado en Madrid, fue uno de esos artistas comprometidos con la libertad, con la democracia y con el pueblo.
Y murió atropellado en un "desafortunado accidente" en el Paseo de Calvo Sotelo, actual Paseo de Recoletos, cuando un vehículo "ocupado por individuos vestidos de militares" le pasó por encima a toda velocidad el 20 de junio de 1978, mientras el resto de España gozaba de la ejemplar e incruenta transición que nos llevaría a la Constitución y al Estado de derecho.
Cualquier teoría conspirativa al respecto es totalmente infundada, ya os lo digo.