El 10 de febrero de 1805, el rey Carlos IV dicta real orden mediante la cual establece la prohibición de las corridas de toro en los territorios de su reino. La decisión estuvo influida por José Godoy, Príncipe de la Paz y Ministro Universal, quien simpatizante de las corrientes francesas e iluministas, aspiraba reformar algunas costumbres del pueblo español, consideradas como 'bárbaras' por el resto de Europa.