A raíz de una charla vía una aplicación de mensajería me quedé con un detalle dando vueltas en el bolo. Si nos preguntasen diríamos que las palabras son suficientes, al menos habiendo sintonía entre emisores y receptores. Entonces, con esto sobre la mesa, choca lo normalizado que está acompañar palabras y textos con multimedia: en mi caso me dijeron dónde se hallaban y adjuntaron una captura del mapa de la zona con la ubicación indicada. ¡Yo ya me creí las palabras! ¿Por qué subrayarlas con el mapa? Pueden tener relevancia para evitar malas interpretaciones evidenciando el tono sensitivo con que se emiten las oraciones, pero está tan arraigado su uso constante que este, repito, parece incoherente por redundante. ¿Es inseguridad? ¿Damos por hecho que leemos/escribimos mal? ¿Necesitamos dinamismo para mantener la concentración? Vueltas a la azotea.