El nuevo Proyecto de Ley de Transparencia e Integridad en las Actividades de los Grupos de Interés, que llevamos más de una década reclamando, llega con un fallo: deja el control de las relaciones entre administración y lobbies en manos del propio Gobierno. 🤷
Cuando el poder se controla a sí mismo, la opacidad acaba ganando la partida. Así que nos hemos puesto manos a la obra y hemos redactado unas recomendaciones, que ya están en manos de los grupos parlamentarios.