Hay toda una subcultura alrededor de los vídeos rusos de piñazos en carretera. Acojona ver las velocidades del personal por carreteras infames y con el clima típico de Rusia: nieve, heladas, lluvia, etc. Eso, combinado con una tasa de alcoholismo de las mayores del mundo, hacen de conducir por Rusia un deporte de riesgo.

Y lo más escalofriante es ver la sangre fría con la que se toma el personal los accidentes. Estoy seguro de que en España haríamos muchísimo más teatro.