Está cercano el día en el que las sondas espaciales sepan exactamente lo que tienen que hacer por sí mismas, sin necesidad de estar constantemente enviándoles comandos, y que completen su misión gracias a su inteligencia artificial. Podríamos ver pronto sondas que se pasen varios meses sin comunicación con su centro de control para luego enviar los datos recopilados durante ese tiempo en lugares inaccesibles, como el subsuelo o los océanos de las lunas en los gigantes gaseosos.

Y es que la ciencia-ficción cada día es menos ficción y más ciencia.