"Déjame ser parte de mi tierra, permíteme sentirme pueblo. Por un día, dos, o todos los que me resten de vida. Que mi sudor no se pierda, que caiga sobre los campos que ansían la lluvia. Que se abran los vastos horizontes que tu cobardía estrechó y déjame comprender cuán ancha mi tierra es, cuántas gentes hermanas la habitan, cuántas lenguas que no conozco me hablan de caminos nuevos y sueños viejos. Permíteme amar a esas gentes sin mirar el color de su dinero. Déjame convertir lo que tomé por cadenas en raíces de vida. Permítemelo, oh corazón mío".