Viñeta del 01/04/2018 en CTXT
La FNOB (Fundació Navegación Oceànica Barcelona) soltó este comunicado (copia) sobre la suspensión de la Barcelona World Race.
Y los titulares que defecaron muchos medios se movían entre la culpa de “la inestabilidad política en Catalunya” y el “procés asesino”. En ABC, maestros de las deposiciones en modo portada, incluyen la mera existencia de Ada Colau como otra de las causas del desastre.
Pero para cualquiera con algo de hábito por la lectura, entenderas básicas y una pizca de comprensión de lo leído, toda la chicha del asunto está en la manteca: los patrocinios, los tiempos para la comercialización, las elecciones generales, los presupuestos generales del Estado y el retraso del plan Director.
Ni rastro de alusiones directas al “procés”.
La consideración de la Barcelona World Race como evento de “excepcional interés público” en los presupuestos generales del Estado, solicitada inicialmente en 2015, se ha visto retrasada como consecuencia de la prórroga de los presupuestos generales del Estado a 2016 y la convocatoria de elecciones de diciembre del mismo año 2015, que, al haberse de repetir por no alcanzar mayoría, en junio de 2016, no ha podido hacerse efectiva hasta abril de 2017. Aun así, la necesaria constitución de la Comisión Interadministrativa que define los planes y programas que articulan el patrocinio de la regata, no se podrá celebrar hasta el próximo mes de abril de 2018. Estas circunstancias han dificultado de una manera extraordinaria las posibilidades de búsqueda de patrocinio en el periodo normal según la planificación habitual de comercialización de la regata, retrasando en más de dos años el proceso previsto en el Plan Director.
Los que ponen la pasta no quieren echar los veleros a las aguas de la incertidumbre. Ya sabemos que en todo deporte lo más importante es el bolsillo y que por donde se muevan los deportistas no haya gente pensando en cosas con las que no está de acuerdo el que paga, cosas de las regatas.
Por otra parte, el clima de indefinición institucional y falta de estabilidad política que vive nuestro país en este último año ha dificultado aún más esta comercialización. Los patrocinadores potenciales han manifestado su desconfianza al no poder estar seguros de contar con el apoyo institucional que necesariamente debe garantizar un evento deportivo de estas dimensiones, que requiere una fuerte inversión en patrocinio privado, y que es, en definitiva, la única fuente de financiación de la regata. La situación no permite, por tanto, ofrecer garantías para que el patrocinio que está en fase de negociación o en pre-acuerdo se llegue a concretar sin incidencias.
Resumiendo, todo es una cuestión de pasta.
Es lo que tiene dejar el deporte en manos de las empresas, que una competición deportiva de vela se convierte en una subasta de presiones en la que mandan más los que tienen la cartera más gorda.
En consecuencia, esta suspensión no se debe a la falta de interés de equipos participantes, ni de patrocinadores interesados, ni de apoyo internacional, sino a la imposibilidad de concretar el patrocinio en los plazos estipulados.
Y mientras, los pseudomedios siguen arrimando candelas para etarrizarlo todo, algo que recuerda mucho a aquellos años en los que se señalaba a cualquiera como “del entorno de“. Y encima colaba.
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