Pocas veces salgo a comprarme ropa, normalmente es traumático para mí. Nada me gusta, nada me queda y me demoro mil en elegir algo que seguramente al día después querré cambiar. Pero a veces, solo a veces, vuelvo conforme al hogar sintiendo que más de la mitad de lo adquirido es una buena compra. Eso ya es ganancia...