"Ahora bien, ¿qué se consigue con la hipnosis ? Forel proporciona una lista, que no pretende ser exhaustiva, de las afecciones que « mejor parecen ceder a la sugestión» . Se podría agregar que la indicación para el tratamiento hipnótico es de otra índole que, por ejemplo, la indicación para el uso de digitales, etc. Casi interesa más la naturaleza del sujeto que la de su enfermedad. En cierta persona apenas hay síntoma que no ceda a la sugestión, aunque tenga un fundamento orgánico tan cabal como el vértigo en la enfermedad de Méniere o la tos en la tuberculosis en otra, no se consigue influir sobre unas perturbaciones de inequívoca causación psíquica. No menos cuentan la destreza del hipnotizador, así como las condiciones en que puede poner a sus enfermos. Yo mismo llevo logrados no pocos éxitos mediante tratamiento hipnótico, pero no me atrevo a emprender algunas curaciones que he visto en Nancy, realizadas por Liébeault y Bernheim. Sé, en efecto, que buena· parte de estos éxitos es inherente a la « atmósfera sugestiva» que rodea la clínica de esos dos médicos, al talante de las personas y al medio en que se mueven -cosas que no siempre puedo yo sustituir en el caso de mis sujetos de
experimentación-. ¿Es posible, mediante sugestión, alterar de manera permanente una función nerviosa, o está justificado el reproche de que la sugestión sólo brinda unos efímeros éxitos sintomáticos ? El propio Bernheim ha preparado en los últimos capítulos de su libro una respuesta irrefutable a este reproche. Señala que la sugestión opera de la misma manera que cualquier otro recurso terapéutico sobre el cual dispongamos, a saber, entresacando de algún complejo de fenómenos patológicos este o estotro síntoma importante, cuya remoción ejerce el más favorable influjo sobre el decurso de todo el proceso. Es lícito agregar que, en una serie de casos,
la sugestión cumple con todos los requisitos de un tratamiento causal; [...]"
---- Sigmund Freud. Reseña de August Forel, Der Hypnotismus (1889)
Dicho sea de paso que luego de ensayar tanto con la hipnosis Freud la dejó parcialmente por la resistencia de algunos pacientes, y se dedicó a derivar de ese mismo método el que luego sería conocido como asociación libre, en el cual se mantenían varias de las costumbres del anterior.