"Lo malo de una mentira es que, para intentar justificarla, puedes verte empujado a otra más grande, luego a una tercera ya bastante gruesa y asà sucesivamente, hasta terminar construyendo una gigantesca farsa. Es lo que le pasó a Jean-Claude Romand, el falso médico francés que vivió durante veinte años de los embustes y, cuando intuyó que estos ya no eran sostenibles, mató a su esposa, sus hijos, sus padres y hasta al perro de la familia."
Del blog de Javier Valenzuela