Conversation

La otra vez salió en proceso una portada a mi opinión bastante amarillista y mal intencionada. Era de esperarse la reacción, todas las criticas son bienvenidas, el problema es que los medios también son un poder y sabemos bien de lo que son capaces. Pueden llegar a distorsionar la realidad a su antojo al punto de hacerte amar al opresor y odiar al oprimido.
Aún la revista proceso con toda su historia de periodismo independiente, debe ser sujeto de critica por parte de la sociedad. La cuestión es; ¿Cómo responder ante las armas de guerra ideológica y el golpeteo mediático sin restringir la libertad de expresión?