El trabajo de un publicista consiste en explotar las debilidades de la psique ajena para lograr que el mayor número de personas se sientan insatisfechas (esto es, se sientan mal) con lo que tienen y solo encuentren cura comprando objetos que hasta ayer no necesitaban.
Cada anuncio publicitario debería llevar un aviso alertando de su nocividad, como las cajetillas de tabaco. #publicidad