Me meto en Spotify para escuchar el réquiem de Mozart, y me veo eligiendo entre más de treinta álbumes de las orquestas y directores más prestigiosos.
En "mis tiempos" tenías una puta casette que, con suerte, podía ser original, y con eso ibas que te matabas.
Los jóvenes no sabéis valorar esta maravilla de tiempos en los que vivimos, os lo digo yo, mientras oigo el Kyrie Eleison dirigido por Karajan en un sonido digital más limpio que el de la mejor cadena musical de los ochenta.