Tienes razón, si hubiese abrazado el catecismo de las sugestionadas o alguna vez me hubiera hecho gracia el manual de las manipulaciones inteligentísimas, o si la mala suerte me hubiera situado en la línea de salida hacia la meta, aunque hubiera llegado la última, porque la intención es lo importante, ahora sería toda una señora. ¿Y tú cómo andas de lo tuyo, mamá? -poniéndose el impermeable, había empezado a llover.