En realidad me da mucha pena que ya no sea como antes, me da pena que sea sin esfuerzo, sin una preocupación a lo largo del tiempo, sin esa conexión que nace, sin esa chispa que cambia el rumbo, sin ese día a día diciendo “yo creo que me gusta”, sin esos nervios porque sabes que te la vas a encontrar, sin esos tonteos a escondidas, me da pena que seamos capricho unos de otros, un antojo, algo que te comes y ya, sin un “buenas noches” o un “que tal”, para que, si el chocolate no habla?