Ha pasado más de un año desde que fuimos por primera vez al sótano de Joserto a hacer ruido. Aquellos eran tiempos serenos. Tocábamos canciones lentas para su abuela y paseábamos por los Ogíjares escuchando a Modest Mouse. Ahora la fama nos ha sobrepasado y nos ha obligado a abrirnos al mundo y con ello a abrirnos redes sociales.