No soporto las talas (ellos las llaman "podas") que los iluminados de turno ordenan cada invierno en parques, jardines y campos de este país de tarados. A ver si os queda claro de una vez, cenutrios: MUTILAR ÁRBOLES NO ES UN ARTE, ES TORTURA. Y de paso también manifiesta lo que lleváis dentro de vuestros pobres espíritus: una falta total de empatía con la vida y una carencia absoluta de sentido estético.