Y después de aguantar una hora de monólogo sobre las bondades de la termomix, la conclusión que saco es que no puedo hacer con ella lo que yo quiera, sino lo que quiera la maquinita. Creo que quien se ha gastado 1000€ en un invento tan inservible lo que intenta es convencerse a si mismo de que tiene utilidad calentándole la cabeza a las personas que tiene alrededor.