"Cada vez que visito a Julian Assange nos reunimos en una habitación que él conoce ya demasiado bien. Allí hay una mesa desnuda y fotos de Ecuador en las paredes. Y una estantería donde siempre veo los mismos libros. Las cortinas están siempre echadas y no hay luz natural. El aire es calmo y fétido. "
El prisionero dice NO al Gran Hermano