No, que eches de menos a tu madre no es razón suficiente para sentarte a llorar en medio de un paso de cebra ¡Y los demás no os sentéis por solidaridad!
Si te metes en la bañera vestida y enciendes el grifo, te seco en el horno. Tú verás.
Sí, quieres pegarme con esa rama, pero yo quiero ahogarte en ese río. Empate.
Y otras anécdotas igual de ¡divertidas! TODO PORQUE RÍAS